domingo, 27 de abril de 2008

Garcilaso

Esquema de la ruta

I. Torreón de San Juan de los Reyes

II. Plaza del Conde

III. Calle de Nuncio Viejo

IV. Cuesta de Santa Leocadia

V. Calle de Garcilaso

VI. Plaza de Padilla

VII. Plaza de San Román

VIII. Iglesia de San Pedro Mártir


I Torreón de San Juan de los Reyes

Comenzamos aquí nuestra ruta garcilasiana precisamente porque el lugar encaja perfectamente con una de las referencias a Toledo que más o menos veladamente podemos encontrar a lo largo de su poesía: las riberas del río. De ello da fe la lápida adherida a la muralla en la que se reproducen algunos versos del poeta toledano, versos cuya lectura más desarrollada efectuaremos seguidamente. Nos parece muy acertado que se eligiera precisamente este lugar del curso del Tajo y no otro para ubicar este "memorándum" parietal.
Es muy posible que Garcilaso buscase la soledad de estos parajes para pasear sus melancolías.

II Plaza del Conde

Aquí tenemos uno de los más bellos palacios toledanos. En su portada gótica lucen los escudos de armas de sus fundadores (leones pasantes). Fue iniciada su construcción en 1440 por el señor de Fuensalida (hijo del Canciller Ayala) don Pedro López de Ayala, casado con doña Elvira de Castañeda, y padre del primer conde de Fuensalida. El sepulcro de ambos se encuentra actualmente en la iglesia de San Pedro Mártir, con lo que deducimos que el tiempo se encarga de tejer insospechados hilos de unión entre seres y acontecimientos cercanos (puesto que también allí fue enterrado nuestro poeta).

Este lugar tiene dos nexos con Garcilaso. Uno remoto, pues estos condes estaban emparentados con los de Cedillo, y éstos con un nieto del poeta.

Pero el más sugestivo se establece a través de la vinculación del lugar con la figura de la infanta Isabel de Portugal, casada con Carlos I en 1526.


III Calle de Nuncio Viejo

Aquí estuvo el hospital para dementes y expósitos que fundó en 1483 el canónigo Francisco Ortiz, nuncio del papa Sixto IV (circunstancia a la que debe el haber sido siempre conocido como “el Nuncio”).

La primera noticia documental que se conoce de Garcilaso está relacionada con este hospital, dentro de los alborotos previos a la revuelta comunera. Se fecha en 1519, 7 de septiembre, y se trata del proceso abierto contra Garcilaso y otras seis personas por haber entrado en dicha institución con “ruydo”, es decir, de forma poco pacífica. El hecho debió de estar motivado por un conflicto de competencias entre las instituciones responsables de dicho hospital. Fue condenado a tres meses de destierro.

IV Cuesta de Santa Leocadia

Llegamos frente a la iglesia que fue parroquia de Garcilaso y su familia. En esta calle parece que estaba también la casa que alquiló para habitar con su esposa, después de haber vivido junto a su madre en la mansión familiar. Y también aquí se ubica, con toda seguridad, la casa de Guiomar Carrillo, el primer amor del poeta.


V Calle de Garcilaso

Nos hallamos ante los despojos de lo que fue solar de la casa de Garcilaso. Debió de ser mansión importante porque sirvió de alojamiento a ilustres visitantes: en 1498 a don Manuel, rey de Portugal cuando vino a desposarse con Isabel, una de las hijas de los Reyes Católicos; y en 1526 aquí se hospedó, cuando vino a Toledo (según dato de Julio Porres), Germana de Foix, que en 1505 se había desposado con Fernando el Católico. La situación de la casa es privilegiada si lo miramos bien, por lo que nos parecen muy sutiles las apreciaciones de Mariano Calvo que seguidamente transcribimos, tomadas del libro Garcilaso de la Vega. Entre el verso y la espada.


VI Plaza de Padilla

Aquí estuvo la casa del comunero. Tras la derrota de Villalar y la huida de Toledo de su viuda, María Pacheco, el emperador ordenó derribar el edificio y sembrar de sal su solar.

Es fácil deducir que ambas familias, la de Padilla y la de Garcilaso, mantendrían desde siempre estrechas relaciones, tanto por la vecindad como por pertenecer a una misma clase social

VII Plaza de San Román

Tocando el final de nuestra ruta, llegamos al monumento a Garcilaso de la Vega. En esta sosegada plaza recuperada en 1979 (tras demoler el depósito de aguas que aquí existía) se alza la estatua que nos evoca la figura del poeta-soldado que representa, como pocos, la armoniosa síntesis del tópico armas-letras.

VIII Iglesia de San Pedro Mártir

Estamos en la capilla del Rosario, llamada por Garcilaso “de mis agüelos” porque, efectivamente, había sido fundada por antepasados suyos de la línea materna.

Aquí reposan los restos del insigne vate toledano junto con los de su hijo Íñigo (llamado después Garcilaso en honor de su padre) que es el que se encuentra detrás.

Garcilaso fue herido posiblemente un 19 de septiembre y murió en Niza el 14 de octubre de 1536. Fue inhumado en la iglesia de Santo Domingo de Niza. Él había manifestado en su testamento que su deseo era ser enterrado donde muriese, si era “pasado la mar”. Pero su esposa no quiso respetar esta voluntad y comenzaría pronto los trámites para su traslado, lo que ocurrió en 1538.

Resumen de la Celestina

En el huerto de Melibea donde Calisto se presenta y le declara su amor, esta le rechaza y el joven se va a casa desconsolado. Allí esta Sempronio (su criado mayor) que le pregunta lo que le sucede, Calisto se lo cuente y Sempronio le aconseja que vaya a ver a una vieja a la que él conoce y que esta seguro que le podría ayudar. Calisto esta de acuerdo y lo manda a hablar con Celestina.

El que no esta muy de acuerdo es Pámeno, otro criado de Calisto más joven, el que ve los negocios turbios que se traían ente manos Sempronio y Celestina, los que pensaban sacar un buen partido del amor de Calisto. Esta actitud de Pármeno cambiará cuando este ve que también él podría sacar algo del partido y porque Celestina consigue que se “acueste” con su amada Areúsa.

Celestina empieza la conquista de Melibea con una invocación al demonio, después fue a casa de esta y consigue estar con ella diciendo que vende hilos. La estrategia comienza camelándosela y alagándola y después le comenta que esta allí por Calisto, Melibea se enfado y quiso echar a Celestina de su casa, pero la astuta vieja le dice que es por un dolor de muelas que tiene el chico y le pide un cordón que tiene ella para sanarlo, y esta acepta y se lo da.

Celestina le entrega el cordón a Calisto y este le recompensa con ropa.

Después de esto una noche estando en casa de Celestina esta, Sempronio y su acompañante Elicia, Pármeno y Areúsa, se presento Lucrecia la criada de Melibea diciendo que su ama quería concertar una cita con el joven Calisto.

A partir de ahí la obra toma un curso diferente, el amor idealizado que tenía Calisto pasa a ser un mero amor carnal desde el momento que empieza a verse con Melibea.

La avaricia de Celestina es la que hace que las riquezas obtenidas por el trabajo realizado a Calisto, no las comparta con sus “socios” Pármeno y Sempronio.

Estos llenos de ira porque Celestina no quería compartir las riquezas la asesinan, al ver esto Elicia grita y llama la atención de los alguaciles, los dos intentan escapar por la ventana y no consiguen nada sino muchas magulladuras, y son condenados y decapitados por el asesinato de la vieja.

Después de esto Calisto contrata dos nuevos criados: Tristán y Sosia.

Elicia y Areúsa contratan a un asesino de pago llamado Centurio para que mate a Calisto por no hacer nada cuando sus antiguos criados fueron apresados y condenados.

Una de las noches en las que se estaban viendo Calisto y Melibea hubo una disputa entre unos hombres mandados por Centurio, Calistio que estaba en lo alto de una tapia se asusta se cae y muere, Melibea no pudo soportar tal perdida que decide suicidarse. Al ver el cadáver de su hija Pleberio hace un planto final en el que le pide respuestas al amor y la fortuna por haber muerto su hija y no él que esta más viejo e intenta comparar su situación con la de célebres personajes históricos.

Arte Renacentista II


El profeta Zacarias,Miguel Ángel


La Anunciación,Da Vinci


Cristo cargando la cruz,Miguel Ángel


La Fortaleza,Botticelli


Liebre,Duero


Templete de San Pietro in Montorio,Donato d`Angelo Bramante



Plaza de San Pedro, Gian Lorenzo Bernini



La Fornarina,Rafael









viernes, 25 de abril de 2008

Arte Renacentista I























La Gioconda, Leonardo DaVinci
















Cúpula de la catedral de Florencia, Brunelleschi
























David, Miguel Ángel

















Nacimiento de Venus, Boticelli






La academia de Atenas, Rafael














Dánae,recibiendo la lluvia de oro, Tiziano

miércoles, 23 de abril de 2008

Biografía de Fernando Rojas

Fernando de Rojas, dramaturgo español, autor de La Celestina, considerada una de las obras cumbre de la historia de la literatura española y la más importante sin duda en la transición entre la Edad Media y el Renacimiento.

Nació en La Puebla de Montalbán (Toledo), hacia 1470, en el seno de una familia de judíos conversos que reaparece en posteriores procesos inquisitoriales por mantener el judaísmo a escondidas de la Inquisición. De Rojas ayudó a miembros de su familia, los llamados marranos o criptojudíos, Anusim en la literatura rabínica, afectados por las persecuciones de la Inquisición. Su familia habría sido perseguida y él mismo ha aparecido en documentos como acusado por la Inquisición, documentos que demuestran que fue el autor de La Celestina.

Estudió leyes en la Universidad de Salamanca, según él mismo afirma en La carta del autor a un su amigo, que precede el texto de su obra. Parece documentado que hacia 1496-97 habría obtenido su grado de Bachiller en Leyes.

Hoy día no se duda de que sea el autor de La Celestina, que habría escrito con pocos más años que su protagonista, Calisto, que cuenta con veintitrés. Fernando de Rojas rondaría los veinticinco. El autor reveló su nombre y lugar de nacimiento en un famoso acróstico al principio de la segunda edición del año 1500. No se le conoce ninguna otra obra ni es mencionado por ninguno de sus contemporáneos.

Se le sabe establecido en la localidad de Talavera de la Reina, población de la que algunos autores piensan que fue alcalde [1] y casado allí. Su condición de converso influencia en el argumento de su obra, que a decir de la mayoría de los críticos es obra de alguien de esta condición: se ha dicho que la ausencia de fe firme justificaría el pesimismo de La Celestina y la falta de esperanza patente en su dramático final.

Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril. Se conserva su testamento, fechado ese día 3, muy detallado, que ha sido el deleite de los críticos al poder estudiar su abundante biblioteca.

La ley del desierto (el juez de Egipto)

Tras el proceso en el que el general Asher acaba siendo absuelto por falta de pruebas, el juez Pazair desaparece de forma misteriosa y llega a oídos de la que ya es su esposa, la médico Neferet, que el juez ha muerto.
Pero no es así, sino que el juez ha sido recluido en un penal para ladrones en medio del desierto para evitar que siga investigando sobre la conspiración contra el faraón; pero para desesperación de sus enemigos, Pazair logrará escapar de allí gracias a la ayuda de un recluso del penal y a la de su fiel amigo Suti, regresando a Menfis para proseguir con su investigación ayudado por Neferet y Suti, la cual se desarrolla en medio de mentiras, crímenes, accidentes e intentos de asesinato, y que acabará con el descubrimiento del auténtico cerebro de la conjura, que constituirá una gran sorpresa para Pazair.

Escuela de traductores de Toledo

El nombre de «Escuela de traductores de Toledo» designa en la historiografía, desde el siglo XIX, a los distintos procesos de traslación e interpretación de textos clásicos greco latino alejandrinos, que habían sido vertidos del árabe o del hebreo, a la lengua latina sirvíéndose del romance castellano o español como lengua intermedia, o directamente a las emergentes «lenguas vulgares», principalmente al castellano. La conquista en 1085 de Toledo y la tolerancia que los reyes castellanos cristianos dictaron para con mahometanos y judíos, facilitaron este comercio cultural que permitió el renacimiento filosófico, teológico y científico primero de España y luego de todo el occidente cristiano.

En el siglo XII la «Escuela de traductores de Toledo» vertió principalmente textos filosóficos y teológicos (Domingo Gundisalvo interpretaba y escribía en latín los comentario de Aristóteles, escritos en árabe y que el judío converso Juan Hispano le traducía al español, en el que se entendían). En la primera mitad del siglo XIII esta actividad se mantuvo. Por ejemplo, reinando Fernando III, rey de Castilla y de León, se compuso el «Libro de los Doce Sabios» (1237), resumen de sabiduría política y moral clásica pasada por manos «orientales». En la segunda mitad del siglo XIII el Sabio rey-emperador Alfonso X (rey de Castilla y de León, en cuya corte se compuso la primera «Crónica General de España») institucionalizó en cierta manera en Toledo esta «Escuela de traductores», centrada sobre todo en verter textos astronómicos y médicos.

Camino de Santiago









C) San matín de Fromosa






















B) Pinturas de San Isidoro de Leon (pantocrator)






A) Mapa del camino de Santiago











Biografía de Rodrigo Díaz de Vivar


Rodrigo Díaz nació en Vivar, pequeña aldea situada a 7 kilómetros de la ciudad de Burgos en 1043. Hijo de Diego Laínez, noble caballero de la Corte de Castellana y de una hija de Rodrigo

A los 15 años quedó huérfano de padre y se crió en la corte del rey Fernando I junto al hijo del monarca, el príncipe Sancho. Ambos crecieron juntos y tuvieron buena amistad durante cinco años. También se educó en las letras y en las leyes, seguramente en el monasterio de San Pedro de Cardena, lecciones que le servirían posteriormente para representar en pleitos al mismo monasterio y también al mismísimo Alfonso VI el cual confió al burgalés numerosas misiones diplomáticas en las que debía conocer perfectamente las leyes.

Entre los años 1063 a 1072 fue el brazo derecho de don Sancho y guerreó junto a él en Zaragoza, Coimbra, y Zamora, época en la cual fue condecorado primeramente como caballero y también nombrado Alférez y "príncipe de la hueste" de Sancho II.

A los 23 años obtuvo el título de "Campeador" -Campidoctor- al vencer en duelo personal al alférez del reino de Navarra. A los 24 años era conocido ya como Cidi o Mío Cid, expresión de cariño y admiración.

Con la muerte de Sancho II en el cerco de Zamora y tras la jura de Santa Gadea tomada por Rodrigo al nuevo rey castellano, Alfonso VI, la suerte del Cid cambió y su gran capacidad fue desechada por la ira y envidia del nuevo monarca.

En 1081 el Cid es desterrado por primera vez de Castilla. 300 de los mejores caballeros castellanos le acompañaron en tan difícil situación. Esta etapa duró unos 6 años los cuales fueron aprovechados por Rodrigo y sus hombres para hacer de Zaragoza su cuartel general y luchar en el Levante.

Vuelve a Burgos en 1087 pero poco duró su paz con el rey por lo que marchó de hacia Valencia donde se convirtió en el protector del rey Al-Cádir y sometió a los reyezuelos de Albarracín y Alpuente.

El almorávide Yusuf cruza en 1089 el estrecho de Gibraltar y el rey Alfonso pide ayuda al caballero castellano, pero por una mal entendido entre ambos surge una nueva rencilla entre el rey y su leal súbdito y el monarca le destierra por segunda vez en 1089.

En los diez años siguientes, la fama del Cid se acrecentó espectacularmente al contrario que el reinado del rey. En menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente.

En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia Al-Cádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en junio de 1094.

Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia, otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo renovó la mezquita de los musulmanes, acunó moneda, se rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes, en definitiva, organizó con grandísima maestría la vida del municipio valenciano.

Aún habría de combatir numerosas batallas, como la que el mismo año le enfrentó al emperador almorávide Mahammad, sobrino de Yusuf, el cual se presentó a las puertas de Valencia con 150.000 caballeros. La victoria fue total, tan grande fue el número de enemigos como grande fue el botín a ellos recogido.

En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego. El domingo 10 de julio de 1099, muere el Cid. Toda la cristiandad lloró su muerte.